
EVA desprende una naturalidad desbordante y cuenta con una lógica futurista coherente, inteligente. La película en sí tiene personalidad propia, un comienzo prometedor y un decente final.
EVA no es la mejor película del año, pero deja buen sabor de boca, es bastante curiosa y muy emotiva.
No cabe duda que al cine el español le faltaba una película como EVA. Contamos con profesionales como la copa de un pino y con los medios necesarios para ello: sólo hace valor, ambición y creer que una producción de estas características, con sello español, realmente pueda funcionar.
PD: Para estas navidades quiero un gato robot de mascota como el que tiene Daniel Brühl en la peli: si es que los diseñadores de Robots se lo montan muy bien...
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